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La ambliopía, más conocida como 'ojo vago', consiste en un desarrollo incorrecto de la capacidad visual de uno o ambos ojos durante los primeros 7-8 años de vida.
La porción del cerebro responsable de la visión, la corteza occipital, no se desarrolla tan bien como la porción contralateral, y esto causa visión borrosa en el paciente joven.
¿Quién puede desarrollar ojo vago y qué lo causa?
- Estrabismo: cuando los ojos no están perfectamente alineados durante el período de desarrollo, el cerebro recibe dos imágenes diferentes y, para evitar el fenómeno de la confusión, ignora una de las dos imágenes suprimiendo un ojo.
- errores refractivo: como miopía, hipermetropía o astigmatismo, especialmente si son diferentes en los dos ojos (anisometropía).
- nistagmo: movimiento involuntario, rápido y repetitivo de los ojos.
- enfermedades problemas oculares, como cataratas congénitas
- Opacidad corneales
- Ptosis párpado
¿Cuales son los sintomas?
¿Cómo se diagnostica la ambliopía?
Un examen ocular completo puede determinar la presencia de ambliopía. Cuanto antes se haga el diagnóstico, mayores serán las posibilidades de un tratamiento exitoso. Para un diagnóstico precoz de la ambliopía se pueden realizar los Potenciales Evocados Visuales (PEV), un examen electrofuncional que consiste en el registro de los impulsos eléctricos generados por las estructuras nerviosas que parten de la retina y se propagan al área visual del cerebro tras la presentación de estímulos visuales. Cuando el niño comienza a tener 5-6 años de edad, se puede obtener información subjetiva más cierta con el examen del visus, en particular a través del juego de la "E" de Albini. Durante esta prueba se presentan "E" en diferentes direcciones y si la visión del niño no llega a 10/10 se detiene, se proponen estímulos "E" únicos para evitar el fenómeno "hacinamiento", presente en los niños afectados de ambliopía. En el caso de que el niño no alcance el 10/10 en uno o ambos ojos, incluso con alguna corrección óptica prescrita, se prescribirá un tratamiento antiambliópico personalizado.
¿Cómo se trata la ambliopía?
En primer lugar, es fundamental tratar la patología de base; por ejemplo, en el caso de un defecto de visión, se prescribirán lentes correctivos para cancelar el error de refracción. Posteriormente, para mejorar la capacidad visual en el sujeto ambliópico, el tratamiento por excelencia es el vendaje-oclusión del ojo sano durante unas horas al día, para poder estimular sólo el ojo ambliópico. El tratamiento antiambliópico se realizará siempre con las gafas puestas donde se aplicará el vendaje adhesivo directamente debajo de las gafas y sobre el ojo de fijación. En el caso de ambliopía binocular, la prescripción del tratamiento oclusivo se realizará alternativamente entre los dos ojos. En cualquier caso, el tratamiento debe tener necesariamente en cuenta la gravedad y el tipo de ambliopía pero también la edad y la cooperación del niño. Cuanto más severa es la ambliopía, más significativas deben ser las medidas terapéuticas; cuanto más pequeño sea el niño, más eficaz será la terapia en términos de resultados y la brevedad del proceso terapéutico. Para una mayor eficacia, siempre se recomienda realizar el tratamiento durante las horas de mayor actividad del niño, por ejemplo, mientras juega, colorea, lee o en la escuela. Se obtienen resultados satisfactorios si el vendaje se inicia antes de los 5-6 años; después de los 7-8 años, sin embargo, es más difícil estimular una mejora en la capacidad visual ya que el proceso de formación de la corteza visual se completa casi por completo.
Otros dos métodos de tratamiento para la ambliopía son la penalización por drogas y la penalización óptica.
La penalización farmacológica se realiza mediante la instilación de colirios con atropina o ciclopentolato en el mejor ojo, impidiendo así el mecanismo de acomodación del ojo bueno y consecuentemente favoreciendo la fijación con el ojo ambliópico. De hecho, es una penalización solo para la visión cercana ya que el mecanismo de acomodación/convergencia es una condición que implementamos en la visión cercana, o en cualquier caso dentro de los 6 metros.
La penalización óptica, en cambio, es eficaz para la visión lejana y consiste en sobrecorregir el ojo bueno mediante gafas sobrecorregidas deliberadamente para favorecer el uso del ojo ambliópico para objetos lejanos.
Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, la penalización no representa un método exitoso para tratar la ambliopía, especialmente la ambliopía severa, ya que los niños continúan mirando con su mejor ojo incluso en presencia de visión borrosa.
La prevención es fundamental porque mediante un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz, se pueden reducir significativamente las posibilidades de que un ojo se vuelva ambliópico, lo que podría afectar la visión y la calidad de vida del joven paciente a lo largo de los años.